Con el reciente “triunfo” de la selección mexicana de futbol sobre la de los Estados Unidos y la proximidad del partido con el equipo de verdad de dicho país, surgió la pregunta de por qué se festeja ese triunfo y de esa manera (un tanto salvaje) y por qué razón debería de preocuparnos que la selección no gane, desde una perspectiva un poco más útil.
Gran parte del estudio económico tiene su enfoque en la aplicación de incentivos, o de como hacer que la gente haga las cosas deseadas, de preferencia con el menor costo posible, y en este campo literalmente todo es digno de tomar en cuenta.
Dichos incentivos pueden ser buenos, dinero extra, premios, incremento salarial, más vacaciones; o malos, como la cárcel, multas, despidos, suspensiones; su objetivo puede ser moral: la honestidad, la honradez, el buen comportamiento de las personas, reducir el índice de criminalidad; o económico: obtener más impuestos, más contribuyentes, mejorar las ventas, mejorar el rendimiento de los trabajadores.
El caso de la selección mexicana es un caso que amerita reconsiderar los incentivos y la razón de porque estos no están funcionando; el orgullo de representar a un país funciona bastante bien en el caso de Argentina, los Estados Unidos, la mayoría de los países europeos, y otros que guardan su leyenda como lo es Brasil; si por esto fuera poco, la selección mexicana recibe sueldos bastante altos según los medios, dichos sueldos se enfocan a mejorar el rendimiento de los jugadores, así como en ciertos equipos les dan bonos por gol anotado o si pasan a la liguilla, etc..
Es aquí donde surge la gran pregunta o consternación, a la gente se le paga por hacer una tarea en especifico, hacerla bien, de la mejor manera posible; en el mundo empresarial esto es sencillo, si cumple se le paga, si no cumple se le despide; en la selección mexicana, así como en la clase política, esto no sirve o aplica.
La labor de un jugador es dar su mayor esfuerzo, anotar la mayor cantidad de goles según sea su posición, ganar la mayoría de los partidos; la labor de un burócrata es atender a la gente, lo más rápido y eficientemente posible; pero se tienen deficiencias o aberraciones en donde se le paga al jugador un extra por hacer lo que tiene que hacer desde un principio, al igual que al burócrata o al funcionario público, muchos empleados de empresas corporativas entre otros.
Cuando estallo la crisis financiera la gente y los medios se preguntaban de por que razón los bancos otorgaban bonos de desempeño a sus empleados a pesar de haber creado la crisis, en cierta parte el cuestionamiento era valido, no hicieron lo que tenían que hacer, proteger el patrimonio de los clientes y accionistas, pero por otra parte a la mayoría de estas personas se les paga por incrementar los ingresos de la empresa y efectivamente lo hicieron, a costa de un riesgo excesivo que termino por cobrar lo suyo.
Los vendedores y cobradores se manejan de forma similar, su incentivo son las comisiones, dicho incentivo esta alineado con los de la empresa, quien busca incrementar las ventas; al igual que el bono por gol anotado, que busca alinear los incentivos del jugador con los de la directiva del equipo, más goles equivale a más triunfos, los cuales equivalen a mayor entrada al estadio, mayores ventas de artículos deportivos y cervezas y un mayor precio de venta del jugador, el cual es benéfico para ambos.
La alineación de incentivos es un tema ampliamente estudiado, con conceptos tan básicos o un poco más complejos como teoría de juegos, se busca que las partes involucradas cooperen en conjunto de la manera más natural posible; esto se refiere a que si todos buscan el bien propio, el bien común también se logrará, aunque a veces es necesario buscar el bien para los demás.
En el caso de las políticas fiscales no hay nada más alejado de la alineación de objetivos que la excesiva carga fiscal; buscan aumentar los ingresos imponiendo más impuestos, los cuales desde un principio ya se evadían y que decir del IDE, impuesto a depósitos en efectivo, sobre el cual su existencia se basa en gravar a los comerciantes informales, los cuales en su mayoría no se acercan al banco más que a lo básico, pagar servicios o mandar dinero, o a vender más productos.
Volviendo al tema del futbol, el cual aplica también para las empresas, cuando es necesario pagarle a un jugador por meter goles, en el caso de un delantero o medio, se pierde de cierta forma la integridad del trabajo, porque desde un principio se le contrato para esta labor.
Dar un extra por hacer el trabajo para el cual se le paga un salario fijo es algo muy conocido en México, es la corrupción; pagarle un extra a un trabajador por llegar temprano, o por simplemente hacer lo que tiene que hacer, es algo que ha llevado a muchas empresas a la ruina, como lo son las hostigadas por los sindicatos, un ejemplo muy claro es el de los maestros.
Si bien los incrementos salariales tienen como objetivo mantener el poder de compra de las personas, las prestaciones laborales tienen como objetivo enfocar al trabajador a su trabajo; la preocupación por la familia enferma se resuelve dotando al trabajador de seguro médico, la de tener un lugar donde vivir se resuelve con los créditos a la vivienda, la prima vacacional, el aguinaldo, o cualquier otra prestación que obtenga cualquier trabajador.
El problema surge en cuanto a la concepción que se le da por parte del trabajador a estas prestaciones, las cuales las toma como una obligación del que los emplea y no como un incentivo para el empleado; en otras palabras, dichas prestaciones son para que el trabajador trabaje más, no para que exija más.
Es necesario escoger bien los incentivos y esto es posible siempre y cuando se conozca bien a las personas a quien se le van a aplicar y teniendo bien en claro que se quiere lograr.
Para saber más (links se abrirán en otra ventana):
Incentivos en la empresa: ¿Utiliza incentivos en su empresa? ¿sabe cómo hacerlo?
When Economic Incentives Backfire - HBR.org (en inglés)
EconEdLink | Economic Incentives in Our Community (en inglés)
No hay comentarios:
Publicar un comentario