18.7.09

El Costo de Oportunidad financieramente hablando

Aunque el costo de oportunidad en si es un termino que se utiliza para tener en cuenta lo que se deja de hacer o ganar debido a una decisión, o en otras palabras, la segunda mejor opción que no se realizó, es necesario establecer que en términos financieros, el costo de oportunidad va mas allá de un concepto teórico y tiene que ver con la correcta utilización de los bienes que están disponibles.

Cómo se había mencionado antes, el usar ciertas cosas como cajas de tráiler para publicidad u otra cosa que no sea transportar suele resultar caro tomando en cuenta que es un bien que solo se puede usar una vez en un periodo determinado, o lo dejas parado en una avenida o lo usas para transportar; este hecho hace que sea necesario ver cuanto se gana y deja de ganar por escoger tal o cual acción.

En términos financieros, lo que se busca es algo un poco más especifico y es que en el uso del dinero para cualquier razón, una persona o empresa racional debería de buscar que se le pague por lo menos una tasa de referencia o lo que le puede dar un instrumento de inversión sin riesgo.

Para ejemplificar de mejor forma, usaremos la tasa de referencia más usada en México, los CETES, cuyo rendimiento para los de 28 días al 14 de julio es de 4.55%.

Supongamos que por alguna extraña razón decidimos ir al casino a tratar de sacar algo de dinero, si vamos diario durante 30 días con 100 pesos diarios, sin contar las promociones o concursos, al final del mes el total del dinero que sacamos del casino debería de ser del 104.55%, de otra manera deberíamos de tener $3,000 pesos más el 4.55% de ese dinero o $3,136.5 lo cual no resulta tan descabellado si después tomamos en cuenta que en los casinos se ofrecen promociones y premios.

En una forma más empresarial se utiliza el costo de oportunidad para reflejar si una inversión es digna o no de hacerse, ya sea la construcción de una planta, la apertura de otras sucursales, la ampliación del inventario, ampliación del crédito, etc..

Veamos un ejemplo de una tienda de ropa a la cual le va bien y ha decidido abrir otra sucursal la cual le va a costar en términos de renta, instalación, inventario, empleados, unos $200,000 pesos.

Suponiendo que el dueño de la tienda o el encargado de hacer estas inversiones es una persona racional, esperara que en el plazo de 1 año, el cual es poco, la tienda le ofrezca por lo menos un rendimiento del 6.13% referente al CETE a 354 días, en términos más monetarios, al final la nueva sucursal habrá mantenido la inversión hecha, los $200,000 más el rendimiento esperado de $12,260.

Un supuesto muy importante tiene que ver con el concepto de riesgo, dado que los CETES son instrumentos sin riesgo, lo correcto en el caso de la tienda o el casino es que sean comparados con un instrumento de riesgo similar, el cual para estos conceptos y momentos es muy diferente a la tasa que ofrecen los CETES.

Veamos el ejemplo de un restaurante, el cual de manera extraña es la entrada al mundo empresarial de muchos laguneros; con una inversión de $1,000,000 (un millón), dado el caso de que es un restaurante, corre el riesgo de varias cosas: que no le guste a la gente, que el lugar sea poco llamativo, que sea cerrado por cuestiones de salubridad, de permisos o de extorsiones, o casos mas drásticos, que se incendie o alguna tragedia poco común.

Todos estos acontecimientos tienen su equivalente en el mercado de valores aunque resulta algo complicado saber la canasta de bienes que ofrecen un riesgo similar; en todo caso el nuevo empresario del ramo restaurantero buscaría que en un plazo normal, unos 5 años, su inversión le haya dado lo mismo o más que esa canasta de bienes bursátiles de riesgo similar y obviamente muchísimo más que los CETES, Bonos o cualquier canasta de valores sin riesgo.

Es a través de estos conceptos que las empresas logran ser eficientes en el manejo de sus recursos, porque de esta forma hacen rendir más el dinero y buscan mitigar el riesgo de eventos desafortunados o nocivos para la misma empresa o inversión que se hace y aunque suene triste, es la misma razón por la cual los agiotistas, ya sea personas o bancos, consiente o inconscientemente, establecen sus tasas en base a que la mayoría de las personas que van a pedir este tipo de créditos es porque no pueden conseguir uno más barato por lo riesgosos que resultan ser y dicho riesgo se traduce a tasas de interés altísimas que buscan mitigar el costo de que el que pidió prestado no pague.

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